Lucy, una muñeca hiperrealista, despierta por primera vez en la habitación de un prostíbulo de muñecas. Allí convive con Mina, otra muñeca. Están atrapadas entre cuatro paredes de terciopelo. Pero cuando nadie las ve, cobran vida y dedican sus ratos libres a ver la televisión. Esa pequeña pantalla es su ventana al mundo real.